“Una hoja es un vicio, dos hojas son un árbol, todas las hojas son, apenas, una mujer”.
Álvaro Mutís
Colores ocres y vejados, finas siluetas, figuras que retratan instantes, sueños que se quedan en arcillados en las manos de una mujer: Liliana Gutiérrez, una escultora Antioqueña que se ha hecho en la escuela de la vida y el amor. Para mostrarnos en esta época de su existencia su obra “la cotidianidad de la mujer”. Aquella que expresa en su rostro lo que se encuentra en su interior, de esos pensamientos idos, de ese toque sensible cuando crea algo ya sea desde preparar la sopa hasta brindarle la vida a un nuevo ser humano. Por ello la mujer toca todos los días la infinitud y en ella se encuentra lo más profundo del cosmos dándole admisión a la vida.
Álvaro Mutís
Colores ocres y vejados, finas siluetas, figuras que retratan instantes, sueños que se quedan en arcillados en las manos de una mujer: Liliana Gutiérrez, una escultora Antioqueña que se ha hecho en la escuela de la vida y el amor. Para mostrarnos en esta época de su existencia su obra “la cotidianidad de la mujer”. Aquella que expresa en su rostro lo que se encuentra en su interior, de esos pensamientos idos, de ese toque sensible cuando crea algo ya sea desde preparar la sopa hasta brindarle la vida a un nuevo ser humano. Por ello la mujer toca todos los días la infinitud y en ella se encuentra lo más profundo del cosmos dándole admisión a la vida.
Yudy Constanza Ortega Sánchez
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on 21 agosto 2007
at 19:26
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