MI TOTEM

La condición humana como hecho evidente en la existencia del hombre, nos remite a interiorizar las facultades y condiciones en que se gestaron los pensamientos, acciones, imaginarios, para motivar a los individuos a descubrirse y producir una cultura en el trascurrir del tiempo.

Por lo tanto, un individuo distraído por su cotidianidad es un ser falto de asombro y de percepción; la prehistoria nos ilustra un sin número de ejemplos, como el hombre y la mujer prehistórica se cuestionaban en su cotidianidad, abordando la perfección de sus herramientas y armas para la caza en pro de la sobre vivencia; motivo razonable y perceptible por las condiciones en que se encontraban. Si el hombre moderno es el producto de un océano de causas y efectos de toda una cosmovisión universal; entonces, en ese trasegar nos hemos distraído evolucionando hacia un género humano del afán de la productividad, y hemos involucionado en lo humano del hombre dando paso a la hecatombe de la enajenación.

Los estadios de la reflexión para producir conceptos particulares y universales deben cobijar la vivencialidad del individuo y su colectivo dando origen a un sin número de representaciones de sus pensamientos através de la gestualidad connotada en la danza, la música, los ritos, la poesía, la pintura, la escultura y toda una cosmovisión de una realidad circunscrita en el infinito viaje por el universo. Este legado de mis antepasados en todo el accionar de la historia del hombre, junto con la convivencia y observación del comportamiento de una homeóstasis de la naturaleza me han conducido a la mayor de las fuentes de eso que llaman inspiración, para bifurcar mi desarrollo y encuentro con la tridimensionalidad; acción que me abre nuevos interrogantes más agudos en mi diálogo mono coloquial para dar lucidez a nuevas interpretaciones del tótem de mi tiempo.

La escultura es mi nuevo y afirmativo paso de mi umbral plástico en el que concertare todo mi sentido de vida, ilustrando los diferentes estadios y condiciones del difícil pero excitante proceso de un encuentro con el universo supremo de la expresión tridimensional. Razón por la cual recurro a la diversidad de materiales como la madera, texturas, pigmentos, metales como el acero, los cuales me son medios expresivos guiados por mi codificación personal plástica para configurar las diversas etapas existenciales, personales, y colectivas dirigidas por el faro calidoscópico del filántropo, a un constante devenir que invita a la distensión de nuestra realidad cruda mente enajenada.

Javier Chinchilla Nieto

Maestro en Artes Plastias

Universidad del Cauca